Muchos años pasé desarrollando esta hermosa profesión de futbolista, y todo fue dinámico, aún las enseñanzas que la misma carrera me iba dejando. Muchas de esas enseñanzas me fueron llevando a una madurez, en la cual situaciones que en el inicio de la profesión eran traumáticas, con el tiempo, fueron siendo mejor resueltas.

Los jugadores de futbol muchas veces no entendemos ciertas reglas de este deporte que practicamos, y al no comprender perdemos el enfoque que debemos poseer. Si pudiéramos tener en claro que es un deporte plagado de situaciones diferentes, y que todo el tiempo estamos resolviendo y cambiando, afrontaríamos este tiempo de una manera más placentera.

Por tal motivo, esta lista de “ya entendí” seguramente nos va a ayudar a comprender que muchas cosas no las podemos modificar porque son partes del sistema, y lo único que vamos a tener que hacer es entender que así funciona… y disfrutar del camino.

 Ya entendí… que solo entran 11 jugadores a la cancha. Y que otros van a ir al banco de suplentes y otros quedaran afuera. Este ciclo nunca cambia. Lo que ya entendí es que a veces seré titular, otras estaré en el banco de suplentes y muchas otras lo veré desde la platea.

 Ya entendí… que, en este deporte, hay tres clases de resultados, y siempre se va a dar uno de los tres. Entendí que a veces voy a ganar, a veces voy a empatar y otras voy a perder.

 Ya entendí… que los hinchas a veces me aplaudirán, otras no estarán conformes con mi rendimiento y en alguna oportunidad me abuchearán. Ya entendí que esto es así.

 Ya entendí… que en algunos clubes tendré todos los elementos para desarrollar mi trabajo con excelencia, pero en otros equipos me faltarán esas herramientas, y en otros careceré de materiales. Ya entendí.

 Ya entendí… que en algunos equipos para el Director Técnico seré un jugador muy importante, pero para otro entrenador no seré de su agrado, y para otros técnicos solamente no sabré jugar.

 Ya entendí… que a veces me contrataran en algún club, pero otras veces no tendré trabajo.

 Ya entendí… que alguna institución me pagará lo que yo creo que tengo que cobrar. Pero en otras me darán lo que ellos consideran que debo cobrar.

 Ya entendí que mi familia no aprobará que el Director Técnico ponga a otro jugador en mi lugar. Siempre creerá que yo tengo que jugar.

 Ya entendí… que algunos periodistas hablarán mal de lo que hago adentro de la cancha, otros me criticarán fuertemente, pero para algunos seré de su gusto y, de vez en cuando, me darán un guiño.

 Ya entendí… que a veces tendré que pasar cumpleaños solo junto a compañeros, que mis hijos crecerán lejos de sus abuelos, que mi esposa tendrá que hacer muebles con lo que hay en el lugar… Ya entendí que solo será un tiempo.

 Ya entendí que las lesiones pueden ser parte de la profesión; que pueden modificar nuestros proyectos, pero no son un punto final. Sino, un punto y seguido.

 Ya entendí… que a los 35 años soy viejo para este deporte, pero soy joven para la vida.

 Ya entendí… que cuando todo va bien me hacen sentir que sirvo y cuando va mal, ya dejo de servir.

 Ya entendí… que deberé cambiar a mis hijos todos los años de colegio, y ellos fielmente me seguirán, ¿Por qué? Porque “es el trabajo de mi papá”.

 Ya entendí… que en las vacaciones dormiré en algún dormitorio prestado de un papá, que dejare las valijas preparadas ¿Por qué? Porque “tal vez me salga club”. Le diré a mi esposa que no se preocupe por que es por pocos días, aunque pasen los dos meses y ella siga ahí.

 Ya entendí… que este sueño no entiende de razonamientos. Pero al fin y al cabo es mi sueño, y lo único que necesita es alguien que lo cumpla.

 Ya entendí… que a veces saldré campeón, muchas veces estaré en la mitad de la tabla y otras veces estaré en las últimas posiciones.

 Ya entendí… que a veces jugaré todo el partido, pero otras me sacaran antes de la cuenta.

 Ya entendí… que tendré que afrontar desafíos importantes, que otros no lo harían.

 Ya entendí… que a la edad que algunas personas están de joda, yo voy a tener que estar concentrado para jugar un partido. Ya entendí… que cuando algunos estén regresando a su casa de bailar, yo tendré que ir al entrenamiento. Ya entendí… que cuando algunos puedan tomar alcohol y otras cosas, yo voy a cuidar mi peso para tener un mejor funcionamiento. Ya entendí… que algunas mujeres no serán las correspondidas, pero habrá una que será la madre de mi hijo y me acompañará a todas las canchas. Ya entendí… que solo algunos amigos me entenderán, para otros seré un poco aburrido y tal vez no compartan nada de lo que hago.

 Ya entendí que cuando llega el tiempo de retirarse no va a ser fácil. Que cuando deje de hacer profesionalmente lo que hacía de niño, tal vez me cueste un poco más de lo pensado. Ya entendí que será un tiempo de comenzar algo nuevo, que tal vez para alguien ya soy un poco viejo, pero para otras personas, seré lo más importante que tenga a su lado todos los días. Y, también, ya entendí… que cuando llegue ese tiempo, los domingos al mediodía almorzaré en casa. Mis hijos serán muy felices al verme todos los días en casa acompañándolos en sus tareas. Nuestras esposas podrán disfrutar el hecho de no tener que convivir con una nueva mudanza, y tantas otras cosas que se bancan. Disfrutaremos más seguidos de los encuentros con nuestros padres; y los amigos podrán charlar más continuo con nosotros.

• Ya entendí… que cuando no tenga el stress de la competencia, podre incorporar nuevos conocimientos, leer más libros, estudiar un idioma, quedarme hasta tarde viendo películas.

 Ya entendí… que vendrá un tiempo en donde deberé aprender a hablar con algún empresario, o presentar un proyecto, o seducir a alguien con alguna idea nueva. Llegará el tiempo de contagiar mis ganas de vivir a alguien, de visitar a una persona que hacía mucho que no veía.

 Ya entendí… que Dios me llenó de dones y talentos. Entre los cuales dispuso el que hiciera bien un deporte en particular. Pero que Dios es mucho más que una sola actividad, y que hay aún más recursos escondidos dentro de cada uno de nosotros. Que el camino que emprendamos nos hará conocernos aún más de lo que nos conocemos. Que hay un mundo por explorar, viajes por hacer, charlas por tener, vida por vivir. Que lo que conocimos no es todo lo que hay, que en definitiva, Dios nos dio la vida para que vivamos y aprendamos que cada cierre de etapa le da lugar a algo nuevo. Por eso, ya entendi que lo mejor está por venir…

(*) Escrita por Damián Felicia, ex futbolista. Jugó en Instituto, Talleres, Sportivo Belgrano de San Francisco, entre otros.