Jorge Griffa : “Capacidad, oportunidad y suerte, las tres deben estar en el fútbol”

El casildense es promotor de una larga lista de excelentes jugadores que salieron de su trabajo en inferiores. Sus experiencias en Newell’s, Boca e Independiente.

¿Por qué trabaja a los 81 años? Dios nos va marcando un camino y a veces es difícil salir. Siempre digo: si me vienen a buscar para correr, no estoy en mi mejor momento (risas), pero si es para pensar y volcar mis experiencias a los que enseñan y a los que aprenden, creo que a través de haber acertado y haberme equivocado durante tantos años, tengo argumentos. Naturalmente siento ganas de trabajar, siempre considerando mi edad, por eso limito situaciones de un compromiso permanente.No es normal que quiera levantarse todos los días para ir a un entrenamiento… Son pasiones, algo que uno ha hecho toda la vida, primero jugando y luego tomando el camino al desarrollo de la enseñanza.

Enfrentó a Di Stéfano, Pelé, Cruyff, y vio a Maradona, ¿en qué lugar pone a Messi en la historia? En el mismo grupo que a los otros cuatro. Es decir, como uno de los cinco mejores de la historia. Todos en un nivel parecido.

¿Por qué eligió el fútbol juvenil? Era algo que sentía. En ese momento, se enseñaba por instinto antes que por conocimiento, y yo dije: “Hay que prepararse para que el instinto quede como una historia vieja” y empecé a enseñar y aprender, a aprender y enseñar. Aprendía de lo que miraba, de lo que olfateaba, de lo que de alguna manera probaba y me salía mal, o probaba y me salía bien, de lo que había que ampliar, lo que había que eliminar, y en esa cantidad de conceptos que me fue enseñando el fútbol, me hice eco de las necesidades.

¿Cómo lo vio a Batistuta? Vino en un equipo de Avellaneda, ciudad del norte de Santa Fe, a jugar un campeonato provincial a Rosario. Lo vi grandote, fuerte, no le pegaba tan bien pero tampoco tan mal, y cabeceaba fuerte, todo por instinto e improvisación, porque nadie le había enseñado nada. No le gustaba mucho el fútbol, tenía dudas, así que pedí hablar con su papá. Y el padre tampoco estaba convencido. Le pedí que probáramos un año, que el chico iba a seguir estudiando en Rosario, porque yo los hacía seguir estudiando. Probamos y se quedó, por suerte…

Pero antes lo mandó a lavar vidrios, ¿o no? Bati llevaba un tiempo en el club y vino un día y me pidió unos viáticos para que pudiera tener algo ahí. Los clubes estaban fusilados, así que muchas veces yo le daba dinero a algunos chicos que me interesaban. Lo sacaba de mi bolsillo, de mi campo, en realidad. Entonces le dije a Bati: “Andá a limpiar todos los vidrios de la cafetería y te doy esa plata que vos querés”. Y Bati lo hacía.

¿Cuál es la clave de un buen formador de inferiores? La entrega total en la vocación. No hay que tomar esta tarea como parte de una escalera para llegar a ser entrenador de la Primera. Hay que estar seguro y decidido a trabajar en el fútbol juvenil, porque es la base de sustentación. Eso no quita que aquellos que están en el fútbol juvenil no puedan pegar el salto al fútbol profesional y ser exitosos.

Otro atributo?… La entrega total. Es olvidarse de vivir, porque uno se dedica tanto… Durante 23 años, en Newell’s yo arrancaba a las 7.30 de la mañana y volvía a las 10 de la noche a mi casa. Estaba a la mañana con unas divisiones, a la tarde con otras, y entre las 7 y las 10 de la noche atendía a los padres, a los tíos, a los abuelos, a las necesidades de todo lo que había alrededor de los chicos. Lo mismo hice después en Boca.

¿Qué observa? Lo primero, su técnica. E inmediatamente después, la velocidad y su temperamento. La técnica es el movimiento individual para desarrollar lo colectivo: cómo para la pelota, cómo la lleva, cómo la maneja, determinadas situaciones. El jugador ideal tiene técnica y temperamento, es fuerte y coordinado, posee velocidad física y mental, es inteligente y psicológicamente equilibrado. Ahí tenés el ideal. Ahora, el que más se acerque a esos atributos, más probabilidades de éxito tendrá.

¿Sacar jugadores o salir campeón en inferiores? Todos quieren ganar, lógicamente. Para ganar, necesitás gente con capacidad. Al jugador no se le debe exigir ganar, se le debe enseñar a ganar. Yo le doy argumentos para que tenga éxito y pueda ser ganador. Si un equipo de inferiores sale campeón, quiere decir que algunos jugadores son buenos, porque no sale campeón cualquiera. Y si no ganás nada, te preocupás, porque significa que tenés limitaciones en el plantel.

¿Qué porcentaje de chicos llegan a Primera? En una carrera imaginaria de una Sexta división largan 100 chicos y llegan 10, 12, 15 o 20 con todo a favor, y el resto se queda en el camino. Por eso, sí solo llega un 15%, tengo la obligación y la necesidad de darles algo a esos chicos, prepararlos en la mente para la sociedad, marcarles dónde están el camino correcto y el incorrecto.

¿Nota diferencia entre zurdos y derechos? La técnica del zurdo es superior a la del derecho. El problema es que el zurdo, por lo general, tiene la derecha de palo, mientras que el derecho se la rebusca con la zurda.

¿A qué se refiere con “técnica”? Pase, recepción, conducción, cabeceo y tiro al arco son los primeros cinco fundamentos del fútbol. Se deben expresar en la enseñanza para llevarlo de lo individual a lo colectivo.

¿Cuál es el principal problema de los pibes? La computadora y el teléfono, que los absorbe. Hay tres cosas que debe tener: lo técnico, lo físico y lo psíquico. Eso les inculco a los entrenadores para que profundicen sobre los tres. Lo técnico en lo futbolístico, lo físico no es solo en la cancha, sino en su vida privada, y lo psíquico es sentirse ganadores.

¿Cómo se maneja con los padres? Nunca he tenido mayores problemas. Cuando me vienen a pedir que jueguen, les pregunto: “¿Usted qué quiere de su hijo? Lo mejor ¿no es cierto?”. Cuando me dicen que sí, ahí mismo les digo: “Yo también”.

Por Diego Borinsky /  Archivo El Gráfico